Descubrí y conseguí un trabajo que te apasione
Por Fran Desimoni
¿Sos de las personas que se perpetúa en un trabajo que no le apasiona y donde no puede crecer, y procrastina cualquier acción que le permita salir de ahí?
Estas 5 claves te proponen emprender un camino de transformación personal que te permita multiplicar la eficacia de
tu búsqueda.
1. Desafía tus Límites
La desconexión con lo que realmente deseás es la fuente principal por la cual no podés obtener un trabajo que realmente te apasione.
Todos/as seguimos naturalmente automatismos que nos fueron programados de afuera, de otro. Seguimos ciertas pautas, leyes, que nos acompañan desde muy chicos/as y que, inconscientemente, cumplimos para pertenecer o ser amados/as.
Llegada la adultez, si te seguís dejando llevar por estos automatismos, lo que sucede es que no podés desplegar todo
tu potencial, no podés expandirte, no podés trascender lo que te fue dado.
Hacer tu propio camino implica una transformación que no solo te permite conectar con Eso que te da brillo, sino también implica lograr cosas que hoy te parecen imposibles.
Y justamente de eso se trata: buscar trabajo desde el deseo propio y así hacer el proceso mucho más efectivo, más claro y disfrutable.
2. ¿Qué tenés para ofrecer al mundo? ¿Por qué hacés lo que hacés?
En aquello que te gustaría hacer, ¿cómo estarías ayudando a tu comunidad, ciudad, país, al mundo? ¿Qué valor querrías que aporte ese trabajo? ¿Qué te movería a levantarte e ir todos los días a trabajar? ¿Te encendés cuando hablás o escribís sobre Eso?
Si tu trabajo no te permite (o permitió) disfrutar, crecer, aprender (asumiendo que estás acá leyendo esto porque querés un trabajo con propósito), y no te permite brillar, tal vez es momento de responderte todas estas preguntas.
3. Adaptación al cambio como llave del éxito
Para descubrir y obtener el trabajo que querés, es importante que aprendas a hacerte cargo de tu realidad. Todo lo que conseguís es responsabilidad tuya. Y todo lo que NO conseguís, también es responsabilidad tuya.
Partiendo de esta premisa, es importante que de cada error o de cada resultado que no era el que esperabas, puedas APRENDER y adaptarte. Si te resistís a tu realidad, porque no toleras el cambio, la incertidumbre, la improvisación, el cambio de hábitos, el aprendizaje constante, etc., deviene en lo que se llama la profecía de autocumplimiento:
De tanto que te resistís a adaptarte, aprender y cambiar, propiciás todo para no encontrar el trabajo que querés.
Acordate, lo externo nunca dictamina tu realidad. Lo único que lo hace sos vos mismo/a. No pierdas energía echándole
la culpa a la economía, el gobierno o la pandemia de todos tus males.
Mientras antes salgas del papel de víctima, antes podrás poner el foco en mirar hacia adentro tuyo, asumir tu poder y ver la oportunidad en el conflicto.
4. ¿Cómo sos con vos mismo/a?
Muchas veces tus jueces más duros y exigentes (con respecto a lo que haces, logras, etc.) sos vos mismo/a.
Esto es algo que a la larga afecta tu autoestima, sentís que nunca sos suficiente, apuntas a una perfección inalcanzable y te desconectas de aquellas virtudes y logros que sí tenés.
Reduce tu tolerancia a la frustración, a cometer errores, y en muchos casos te inmoviliza para asumir riesgos, avanzar, tomar acciones para salir de tu zona de confort. Te resulta intolerable exponerte a la incertidumbre y el riesgo de no cumplir con tus inalcanzables expectativas.
Esto deviene en sensación de soledad, incapacidad para pedir ayuda (porque sentís que nadie puede ayudarte) e incluso en desequilibrios más severos…
Te invito a empezar a tener más conciencia de cómo te hablás, cuánto te exigís, y te propongo que te agradezcas y celebres más las cosas buenas que te pasan y las que logras en el día a día, sean grandes o pequeñas. Dale lugar a las cosas positivas en tu vida, y mirá las «negativas» como oportunidades de mejora.
Tenete paciencia, trabajá la aceptación y apuntá a la excelencia, pero siempre desde la aceptación y el amor hacia vos. No desde la exigencia implacable.
4. Sin Guerrero no hay Estrategia
¿Qué te sucede cuando buscás trabajo? ¿Cómo te sentís? ¿Le dedicás el tiempo suficiente?
¿Por qué procrastinás la búsqueda cuando sabés que es tu prioridad número 1? ¿Sentís que sos eficiente buscando? ¿Pensás una estrategia y un plan de acción a medida para encontrar ESE trabajo que querés? ¿O improvisas y apuntás a conformarte con el primer trabajo que aparezca?
Durante una transición laboral, sin darte cuenta, te ponés trabas ante el intento de cambiar, de crecer, de salir
de la zona de confort. Así funciona nuestro cerebro, se resistirá a toda situación que le demande más gasto de
energía y/o exponerse a cambios, lo cual significa peligro.
Y, por otro lado, también se resiste por automatismos que tenés muy interiorizados. Es una voz interior que tenés que te marca la cancha constantemente y dice “no podés”, “no sabés”, “ya es tarde”, “no tenés experiencia suficiente”, “nadie te va a querer contratar a vos”, entre muchas otras.
La estrategia no solo la pensarás en términos de cómo mejorar tu CV, perfil de Linkedin o prepararte mejor para entrevistas, sino también en cuanto a un plan concreto de acciones para combatir estos mecanismos que quieren impedir tu crecimiento.
Y para que esto sea posible, necesitás despertar a tu Guerrero interior y luchar por la vida que te merecés.
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